Sin llegar a ser abundante en ninguna parte de su zona de distribución, la Lechuza blanca se encuentra en calidad de ave residente por todo Chile desde Arica hasta Magallanes, exceptuándose únicamente las cordilleras altas. Vive tanto en el campo como en las cercanías de los pueblos y ciudades, adaptándose al ambiente con sorprendente facilidad. La especie a que pertenece es una de las de mayor extensión geográfica conocida, logrando sostenerse sin dificultad en todas partes del mundo a excepción de Australia y Polinesia, donde es reemplazada por un género afín.
Entre las rapaces chilenas el Aguilucho es, sin duda, una de las que se ve en mayor número en un territorio más extenso, pues su zona de distribución se extiende desde Arica hasta Magallanes y Tierra del Fuego y desde unos 4.000 metros en la cordillera hasta orillas del mar.
De tamaño más chico que el Chercán, pero igualmente inquieto y vivaracho, el Sietecolores es una preciosura de avecita que se destacaría en cualquier ambiente o compañía por la extraordinaria belleza de los siete colores diferentes que ostenta en su plumaje (amarillo, azul, blanco, bronceado, carmesí, negro y verde) formando entre sí un conjunto tan armonioso у bello como para entusiasmar a cualquiera.
El Gaviotín boreal es un visitante estival, lo podemos encontrar en verano en las orillas de playas, y desembocadura de ríos.
En contraste completo con la Dominicana, esta Gaviota tiene una zona de distribución limitada prácticamente a las costas áridas del litoral pacífico desde Coquimbo en Chile hasta las islas Lobos de Tierra en el Perú, siendo mucho más abundante en aguas de este último país que en las del nuestro.
El Mirlo que compartía con el Pato rinconero la triste fama de ser las únicas aves totalmente parasitarias, hasta 2010 en que aparecen los primeros registros de Mirlo de pico corto, también parasitario.
El Chuncho es por mucho la más pequeña de las aves de rapiña que viven en Chile, encontrándose desde el Norte de la provincia de Atacama (Vallenar y Copiapó) hasta Magallanes y Tierra del Fuego. Aunque más diurno en sus costumbres que la mayoría de las Rapaces nocturnas, no se le ve muy a menudo, seguramente por su misma pequeñez, vuelo silencioso y costumbre de posarse inmóvil entre las ramas de los árboles.
El “Cuervo negro”, “Pato yeco” o más correctamente “Cormorán negro», es ave acuática de una adaptabilidad verdaderamente asombrosa, pues vive y se mantiene en calidad de ave residente indistintamente y por igual en los ríos y mares tropicales del Brasil, Venezuela, Colombia países centro-americanos, en las aguas frías de la corriente Humboldt, la gunas no menos frías de la alta cordillera de los Andes, y en los estuarios canales, ríos y lagunas de la región magallánica.
El Cachudito o Torito es residente y bastante común desde el valle del Copiapó (Atacama) hasta Valdivia y la Isla de Chiloé, habitando de preferencia las regiones forestales, pero viviendo también en los valles y laderas semiáridas de la precordillera central hasta una altura de unos 2.000 metros, y en las partes vegetadas del “Norte chico” (Coquimbo y Atacama). En invierno se le ve a menudo en los jardines de Santiago y otras ciudades de la zona central.
Tal como la Turca y el Tapaculo caracterizan y simbolizan los faldeos y quebradas de Chile central, el Chucao y el Hued-Hued contribuyen individualizar los bosques y selvas de las regiones sureñas. El epicentro de su zona de distribución está en las provincias de Valdivia, Llanquihue y Chiloé, donde es ave muy abundante y conocida por todo el mundo, pero llega también en dirección Sur hasta el Golfo de Penas y en dirección Norte hasta el río Bío-Bío.