ÁGUILA

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Fig. 1
Fig. 2
Fig. 3

El Águila se encuentra en calidad de ave residente por todo el país desde la frontera con el Perú hasta Tierra del Fuego; en ambos extremos es escasa, pero en algunas partes de la zona central y especialmente a lo largo de las cordilleras bajas llega a ser casi numerosa. En cualquier viaje que se haga por esos parajes cordilleranos es casi seguro ver a algunos ejemplares volando descansadamente en grandes círculos.

El aspecto general que presenta un Águila es tan conocido que no necesita mayor descripción, las imágenes hablan por si solas. Raras veces se ve de cerca, pero con anteojos es fácil identificarla por su vuelo característico de planeo en grandes espirales y por la zona blanco-cenicienta que presenta en la cara superior de las alas y que blanquea al caer el sol sobre ella. Los ejemplares adultos de ambos sexos tienen el pecho negro y el abdomen blanco con rayitas transversales negruzcas, pero las aves jóvenes sólo adquieren este plumaje a los tres o cuatro años de edad y mientras tanto se ven tan diferentes —negro o castaño rojizo oscuro encima y plomizo o castaño más claro abajo, que muchas personas creen que se trata de una especie distinta.

Aunque relativamente chica comparada con las Águilas de otras partes, el Águila chilena reúne todas las condiciones de fuerza, vigor y soberbia que caracterizan a estas aves en el mundo entero y como aquéllas suelen parearse por toda la vida. En contraste con el Cóndor, el Jote y el Gallinazo, desdeña la carroña, alimentándose exclusivamente de la carne de mamíferos que caza vivos, lanzándose sobre ellos en picada y ultimándolos al instante con feroces golpes de sus poderosas y afiladas garras y pico. Su presa favorita es el conejo, el ratón y las culebras, pero cuando se le presenta la oportunidad caza también cabritos, zorrillos, vizcachas o perdices, llevándolos sin dificultad en sus garras para ser devorados a sus anchas en algún peñasco de la montaña o descuartizados y repartidos entre la familia en el sitio del nido.

En las provincias centrales y del Norte este nido, que consiste en una estructura bastante voluminosa de ramitas secas entrelazadas toscamente y forrada con lana o crin, se encuentra siempre en anaqueles de los riscos altos, en sitios donde es preciso bajar con cordeles. En las zonas forestadas suele construir el nido en la copa de los grandes árboles (Fig. 6), a la usanza del Águila dorada de California.

Cuando no es molestada, el Águila suele usar el mismo nido varios años seguidos, comenzando a arreglarlo de nuevo en agosto o septiembre y poniendo sus dos huevos (de vez en cuando uno solo) o muy ocasionalmente tres, aproximadamente un mes después. Estos son o completamente blancos, o blancos con unas pocas pintas parduscas.

Águila
Pablo Neruda

Pájaro amargo, águila fría,
espada de las cordilleras,
inmóvil en tu eternidad,
en los años indiferentes,
en la piedra de la agonía.

Águila de plumas duras,
yo conozco tu idioma negro,
la amenaza de tus ciclones
tu transparencia sanguinaria,
tus garras manchadas de muerte
y sé que vuelves derrotada
a tus montes de piedra y nieve,
al gran silencio de los Andes,
a la torre de las espinas.

La rosa siguió floreciendo,
el manantial hizo de nuevo
su conversación de cristal:
los nuevos nidos se poblaron
por orden de la primavera,
se extendió la liebre en el musgo
para parir en el crepúsculo:
desembocó la claridad
de la luna, de las estrellas,
como los ríos de un estuario
у allí sólo tú, desvelada,
no nacías ni florecías:
estabas sola con la noche.

Fig. 4
Fig. 5
Fig. 6
Cuándo observar:
Residente