Queltehue

(Vanellus chilensis)

Fig. 1
Fig. 2
Fig. 3

El Queltehue se cuenta entre las aves mejor conocidas de Chile, siendo habitante familiar de los potreros y campos regados y acostumbrándose a la vida semi-doméstica de los huertos y jardines con toda facilidad.

Con sus dos especies abarca casi todo el país, pues mientras una, dividida en dos razas, habita los valles y terrenos bajos, desde Atacama hasta Tierra del Fuego, la otra vive exclusivamente en las altas cordilleras de Arica, Tarapacá y Antofagasta. La zona de distribución de la presente y más abundante raza se extiende desde el valle del Copiapó, en Atacama, hasta Llanquihue y Chiloé.

Del tamaño del Tiuque y luciendo un traje blanco y negro muy elegante y llamativo, el Queltehue puede ser reconocido sin la menor dificultad por su grito fuerte y estridente que lanza a cada instante, especialmente durante el vuelo, y que sirve como voz de alarma a todos los pobladores alados y cuadrúpedos del vecindario.

Ave exclusivamente insectívora que se alimenta de toda clase de gusanos, coleópteros y demás animalillos nocivos a la agricultura, el Queltehue es altamente merecedor de ser protegido. Por el mismo motivo su presencia en los jardines donde sabe hacerse respetar por el perro, el gato, el gallo y demás moradores que suelen acompañar al hombre en sus quintas y chacras, es muy beneficiosa, a lo que se agrega su utilidad como guardián o sereno del establecimiento, pues a toda hora del día o de la noche basta el menor ruido inusitado para que al instante lance el grito de alarma a los cuatro vientos.

En el campo vive en parejas o en bandadas sueltas, que rara vez pasan de unos doce ejemplares, mostrando preferencia por los terrenos húmedos, campos arados, orillas de las lagunas y ríos. Frecuenta los mismos parajes todo el año y empieza a anidar muy temprano, generalmente en el mes de julio, o sea en pleno invierno.

El nido no pasa de ser una mera depresión en el suelo, redondeada por el cuerpo del ave, a veces con unos cuantos pastitos secos, y ubicado casi siempre en las partes más secas.

Los huevos, en número de cuatro o tres como excepción, son muy grandes en relación con el tamaño del ave, pronunciadamente piriformes y de color café verdoso con gruesas manchas más oscuras cubriendo casi toda su superficie. Los pollos son autófagos y sus colores mimetizan admirablemente con los del ambiente donde nacen, siendo por este motivo muy difícil localizarlos. Los padres se alejan del nido mucho antes de que uno pueda acercarse y, al volver, lo hacen dejándose caer a considerable distancia y aproximándose al sitio sólo poco a poco y después de toda clase de rodeos.

Queltehue
Pablo Neruda

Voló el queltehue centelleando
de nieve blanca y nieve negra
y abrió su traje a plena luz,
a plena plata matutina:
era costoso el abanico
de sus dos alas nupciales:
era rico el cuerpo adornado
por la mañana y el plumaje.

Sobre las piedras de Isla Negra
relucía el lujo silvestre
del pájaro de terciopelo
y yo pensaba – dónde va?

A qué celeste recepción?

A qué bodas de agua con oro?

A qué salón de pura púrpura,
entre columnas de jacinto,
donde con él puedan entrar
sólo las nubes bien vestidas?

En fin, dije, tal vez irá
a coronar la cabellera
de la náyade del Genil
amiga de Pedro Espinosa.

Fig. 4
Fig. 5
Fig. 6