De Aconcagua al Sur el Tiuque (Chimango en Argentina) es una de las aves más abundantes que tenemos en el país. De las dos subespecies, la presente se encuentra desde Atacama -donde es bien escasa- hasta Ñuble y Concepción, y la otra desde allí hasta Magallanes y Tierra del Fuego.
En general puede decirse que ninguna de las dos sube a la cordillera de los Andes. La otra subespecie, más oscura M. ch. temucoensis vive sólo en la región más húmeda.
Aunque de color café claro poco llamativo, el Tique es tan conocido que casi no requiere descripción, y al verlo volar se le puede identificar sin ninguna dificultad por las manchas blanco-cremosas que presenta en las alas y rabadilla. Contrariamente a lo que pasa con la mayoría de las rapaces, hay poca diferencia de tamaño entre macho y hembra, encontrándose ejemplares de ambos entre 37 y 40 cms. de longitud.
Ave de alimentación omnívora, el Tiuque come indistintamente carroña, gusanos, larvas, cuncunas, babosas, peces chicos, camarones, sapos y a veces los huevos de otras aves. Siendo su alimento principal los insectos nocivos, ha llegado a ser reconocido como una de las aves más beneficiosas para la agricultura, cosa que, sin duda, explica en gran parte su abundancia.
En el tiempo de la labranza los Tiques se juntan en bandadas y, caminando por las zanjas dejadas por el arado, comen en grandes cantidades los gusanos así puestos en descubierto. En otras ocasiones se les ve ejerciendo las funciones de basureros, limpiando de desperdicios a los arrabales de los pueblos, mataderos, playas de la costa, etc.
La postura comienza en septiembre en diciembre o enero, sacando por lo general dos crías al año. El nido va colocado entre el ramaje de árboles bajos, especialmente espinos, a alturas que varían entre 3 y 15 metros. Los huevos, en número de dos hasta cuatro y con tres lo más usual, son de color cremoso con grandes manchas rojizas cubriendo la mayor parte de su superficie.