Picaflor chico

(Sephanoides sephanoides)

Fig. 1
Fig. 2
Fig. 3

Algunas especies de esta familia son las aves más pequeñas del mundo. Generalmente son de colores vivos con brillos metálicos. El pico puntiagudo y la lengua sumamente larga y extensible son apropiados para extraer el néctar de las flores que constituye su alimento. Es fácil reconocerlos por su vuelo tan rápido y por la forma como se mantienen en suspensión frente a las flores, batiendo las alas con tal rapidez que el ojo humano no alcanza a distinguir su movimiento, y produciendo entretanto un zumbido característico e inconfundible.

Esta especie, con la única excepción del Picaflor chico de Arica, es la más pequeña de todas las aves chilenas, tiene una zona de distribución bastante extensa que comprende desde el valle del Huasco en Atacama hasta Magallanes y Tierra del Fuego, y desde la región de la costa, incluso las islas de Chiloé, Mocha y aun Masatierra, hasta una altura de unos 2.000 metros en la Cordillera de los Andes. En gran parte de este territorio es ave residente o por lo menos sujeta a movimientos migratorios exclusivamente verticales, pero del extremo sur desaparece durante los meses de más frío, desplazándose evidentemente hacia el Norte, pues en Atacama sólo se la conoce como visitante de invierno. En Chiloé es especialmente abundante y residente permanente.

Su tamaño tan chico lo hace distinguirse inmediatamente del Picaflor grande, mientras que del Picaflor cordillerano con el cual se encuentra a veces en la Cordillera, se diferencia a la simple vista por el color verde en lugar de blanco deslavado de sus partes inferiores y por la ausencia del filete blanco en los bordes de la cola.

El Picaflor chico se alimenta del néctar que extrae de las flores, manteniéndose inmóvil en el aire delante de las plantas a fuerza de batidas extraordinariamente rápidas de sus alas e introduciendo su largo y especialmente apto pico en su interior. En la época de verano, que coincide con la de la florescencia de la mayoría de las plantas cordilleranas, se encuentra en mayor abundancia en las quebradas aguadas de la precordillera donde, al andar con suerte, es dable encontrar sus nidos colgados de ramitas tendidas sobre el agua corriente de los riachuelos. Esto no obstante, quedan siempre algunas parejas que anidan en los jardines, parques y otros lugares apropiados del Valle Central y región costeña.

Al aproximarse la época de invierno, este Picaflor baja de los valles de la cordillera en busca de flores invernales y climas más templados esparciéndose sobre el Valle Central y regiones colindantes.

El nido del Picaflor chico va colocado siempre debajo de las ramas en lugar de encima como acostumbra el Picaflor grande; en su construcción emplea musgos y otras materias vegetales blandas, las que están tan bien trabajadas y moldeadas que el nido llega a representar una verdadera obra de arte en miniatura. La postura la realiza en octubre o noviembre; los dos huevos son blancos deslustrados y con la forma oblonga que caracteriza a los huevos de los Picaflores de todo el mundo.

Martin Pescador
Pablo Neruda

Miró Martín desde su rama
y se sumergió Pescador,
bajó Martín Pescador
y pesco Martín Pescador,
bajó Martín, Pájaro Pobre,
y subió rico Pescador
con su carga de plata viva
y algunas gotas de agua azul
porque el pescador Martín
sólo se nutre de arco iris,
de la luz que ondula en el agua:
y luego se sienta y consume
pescaderías palpitantes.

Fig. 4
Fig. 5
Fig. 6
Categoría(s):
Ciudades y Pueblos
Cuándo observar:
Residente