CODORNIZ

(Callipela californica)

Fig. 1
Fig. 2
Fig. 3

Oriunda de California e introducida por primera vez en Chile en el año 1870, la Codorniz se ha aclimatado perfectamente en la zona central, o sea desde Coquimbo hasta la línea del río Bío-Bío, llegando a ser relativamente abundante en esta parte del país. Posteriormente, en 1912, algunas parejas fueron soltadas en las islas de Juan Fernández, donde también ha logrado sentar raíces, aunque muy acosada por las ratas que ahí abundan.

De cuerpo muy redondeado y cola corta, plumaje moteado y llevando el macho un moño de plumas negras sedosas muy elegantes, la Codorniz se identifica con facilidad, aún aparte del grito melodioso, pero penetrante que le es característico y que sirve para localizar a las bandadas dentro de un radio muy considerable.

Muy apreciada por su carne tan sabrosa, la Codorniz se defiende de los cazadores por su habilidad para esconderse entre las matas y malezas, por la fuerza y rapidez de su vuelo, y por su gran fecundidad que le permite sacar hasta diez o doce pollitos dos veces al año. Luego, no obstante, la alta mortalidad propia de un ave esencialmente terrestre y los muchos miles que caen todos los años en las trampas de los cazadores profesionales proveedores de los mercados, la especie logra mantenerse sin disminución visible en su número.

Ave muy esquiva, el paraje predilecto de la Codorniz son los faldeos y quebradas aguadas de la precordillera, pero se le ve también en cualquier ambiente donde la capa vegetal le ofrece comida y cobija adecuadas. Estrictamente vegetariana, se alimenta casi exclusivamente de semillas. Se le atribuyen costumbres dañinas a la agricultura, lo que es falso, pues siempre prefiere los matorrales y el borde de los potreros, evitando internarse en ellos.

Pone en el suelo, entre el pasto y malezas, de ocho a dieciocho huevos muy bonitos, de fondo blanco con grandes manchas de diferentes tonos de café que dan al huevo un aspecto característico.
A veces dos o más hembras ponen en el mismo nido, lo que explica que se encuentren nidadas tan numerosas.

Los pollos son autófagos y, al igual que pollitos de Gallina, corren por todas partes al poco tiempo de haber salido del huevo; una pareja de Codornices acompañada de su tan numerosa y simpática prole, es uno de los espectáculos más atrayentes que nos ofrece la naturaleza.

Neruda la describe así:

Codorniz

Entre Yumbel y Cuatro Trigos
vi resbalar con su hermosura
una sombra, una forma, un ave,
una fruta, una flor de plumas,
una pera pájaro pura,
una circunstancia del aire,
un huevo de arena y de humo:
me acerqué: la llamé, sus ojos
brillaban de hostil entereza
como dos lanzas encendidas
Y sobre su orgullo llevaba
dos plumas como dos banderas:
apenas vi aquella visión
se disipó aquella visión
y me quedé con el crepúsculo
con el humo, el polvo y la noche,
con la soledad del camino.

Cuándo observar:
Residente