Esta iniciativa es un aporte de ENSALUD para el cuidado de la Naturaleza
Chucao
(Scelorchilus rubecula)
Tal como la Turca y el Tapaculo caracterizan y simbolizan los faldeos y quebradas de Chile central, el Chucao y el Hued-Hued contribuyen a individualizar los bosques y selvas de las regiones sureñas. El epicentro de su zona de distribución está en Valdivia, Llanquihue y Chiloé, donde es ave muy abundante y conocida por todo el mundo, pero llega también en dirección Sur hasta el Golfo de Penas y en dirección Norte hasta el río Bío-Bío.
De tamaño un poquito más chico que el Tapaculo, el Chucao se distingue inmediatamente por su pecho y garganta de color ladrillo, también por su canto fuerte y variado, que parece imposible que provenga de un ave tan pequeña. El grito más frecuente, se parece un poco al gorgoreo de un pavo, pero más nítido y no tan prolongado. Otro grito que también emite a menudo se parece tanto al canto de sapos, que uno queda en la duda de si es ave o no. Estos gritos, unidos a sus hábitos tan recluidos y sigilosos, han dado origen a que sea considerado como ave agorera.
Al igual que el Hued-Hued, el Chucao se mantiene siempre dentro de las mayores espesuras de la selva, mostrándose especialmente partidario de las cercanías de los riachuelos y dejándose ver solamente en algunas ocasiones y eso únicamente cuando cree estar a solas; al sentirse observado desaparece como por encanto y por largo tiempo reina el silencio. Sin embargo, si uno se queda inmóvil y en silencio durante un buen rato, hay mucha probabilidad de que el Chucao venga a darle un vistazo, abriéndose camino con aire despreocupado por entremedio del laberinto de los tupidos matorrales de la floresta hasta quedar a un paso de distancia. Es muy territorial, si hacen sonar una grabación de su canto aparecerá de inmediato a defender su territorio.
El Chucao anida temprano, el nido va bajo suelo al final de una cueva que la misma ave cava en un barranco o ladera escarpada y densamente vegetada. En octubre o temprano en noviembre pone dos o tres huevos blancos.
Martin Pescador Pablo Neruda
Miró Martín desde su rama y se sumergió Pescador, bajó Martín Pescador y pesco Martín Pescador, bajó Martín, Pájaro Pobre, y subió rico Pescador con su carga de plata viva y algunas gotas de agua azul porque el pescador Martín sólo se nutre de arco iris, de la luz que ondula en el agua: y luego se sienta y consume pescaderías palpitantes.